Los perros de compañía pueden suponer un cambio importante en la vida del adulto mayor, aporta vitalidad y compañía, disminuyendo la sensación de soledad y tristeza
Uno de los aspectos más importantes para valorar el efecto positivo que tienen los animales en las personas mayores es la reducción paulatina de responsabilidades que experimentan los ancianos con el paso del tiempo; pasando de ser una persona activa con un trabajo, una familia a la que cuidar y una vida social que mantener, a vivir una vida de sedentarismo e inactividad que en muchas ocasiones les hace sentir inútiles generando sentimiento de tristeza. En este sentido, tener un animal a su cuidado les ayuda a sentir que siguen teniendo un compromiso y un papel importante en la vida de su mascota, lo que es muy beneficioso para su autoestima. Además, tener que sacarle a pasear les hace mantenerse activos y evita que se aíslen dentro de las paredes de su hogar.
Beneficios reales que aportan los perros a nuestros adultos mayores:
Aumentan la seguridad
Los ancianos que viven solos suelen convivir con algunos riesgos habituales al tener algunas de sus capacidades de movilidad o atención un poco mermadas, por lo que los perros pueden alertar a los vecinos con sus ladridos en caso de caída o alguna circunstancia extraña. En este caso, los perros entrenados pueden ser de gran ayuda, ya que pueden dar una señal de alerta si se da determinada situación
Reducen el estrés
Convivir con una mascota reduce el estrés, sea un perro o cualquier otro animal. Está demostrado que por ejemplo observar nadar a los peces, escuchar el ronroneo de un gato o cantar a un pájaro reduce los niveles de ansiedad, aumentando la sensación de bienestar.
Disminuye la sensación de soledad
Los ancianos suelen pasar en soledad la mayor parte del día por lo que compartir su rutina con una mascota les ayuda a sentirse acompañados y parte de un vínculo familiar. Además, en el caso de los perros, salir con ellos a pasear es una actividad que permite socializar y relacionarse con otras personas, consiguiendo así compañía tanto dentro como fuera de casa.
Ayuda a disminuir tristeza y depresión
Volver a sentirse «útiles» al cuidar de un animal es un gran incentivo, ya que muchas veces se sienten apartados y poco necesarios. Tener una mascota a su cargo reduce la sensación de tristeza y la posible depresión que puede generar la añoranza de épocas pasadas, sintiéndose necesarios para el bienestar de su animal de compañía.
Estimula la actividad física
Un perro contribuye a fomentar el ejercicio gracias a los paseos y juegos diarios que requieren estos animales. Hay que estudiar qué raza de perro encaja más con el estilo de vida y capacidades de la persona para que puedan convertirse en grandes compañeros. Se debe tomar en cuenta la diferencia entre perros adulos y los cachorros quienes tienen mucha más energía que perros más mayores y hay razas con caracteres más tranquilos que se adaptan mejor a una vida más casera y no altamente activa

Tener un amigo de cuatro patas en casa es una decisión que debe meditarse y tomarse con todas las consecuencias y con el asesoramiento de un experto.
El cariño de los animales reforzará la salud y autoestima de nuestros mayores, convirtiéndolos en compañeros inseparables durante mucho tiempo.